Blog de Psicología Analítica Junguiana
y Grafología, con artículos, notas, y libros para descargar gratis.
Sobre mí
Lic. Claudia Beatriz Gentile
Soy Lic. en Psicología clínica con orientación junguiana, Grafóloga Pública (Emerson). Soy Astróloga con 20 años de experiencia y ejercicio.
Brindo terapias psicológicas analíticas tendientes a la individuación - Temas de género- Terapia de parejas - Talleres de autoconocimiento sobre la conformación de la femineidad - Grupos de reflexión - Grafoterapia.
Si alguna nota o algún artículo de este espacio te parece útil como para copiarlo en algún otro lugar público, hacelo pero poné por favor, la fuente de donde fue extraído, en este caso agregale el texto que figura a continuación:
Artículo extraído del blog GRAFOSINTESIS, de Claudia Gentile, http://www.grafosintesis.fullblog.com.ar
¿Qué es la Grafología más allá del imaginario social?
Los comienzos de la grafología están ligados a sacerdotes mayormente, ya que eran quienes tenían acceso a la escritura.
Las primeras interpretaciones de escritos daban cuenta de aspectos morales, ya que la psicología aún estaba lejos de asentar sus bases. Encontramos en viejos tratados de grafología interpretaciones del tipo de: nobleza de espíritu, rectitud en el cumplimiento de sus deberes, persona recta, y otras por el estilo.
Luego sus interpretaciones se fueron ensamblando con las que aportaba la psicología y actualmente podemos ver enfoques que toman como marco de referencia las distintas corrientes psicológicas: la psicología psicoanalítica freudiana, o la psicología analítica junguiana, por citar dos ejemplos. Los marcos teóricos y las escuelas son diversas pero todas dan cuenta en esencia de lo mismo: el correlato de un escrito con características de personalidad del escribiente.
La grafología es definida por algunas corrientes como una ciencia cuyo objeto de estudio es la escritura de un individuo, y para otras, como una técnica proyectiva gráfica, auxiliar de la Psicología.
Ciencia o técnica, vieja discusión de quienes viven más conformes con los rótulos que con la comprobación empírica de su alcance, el hecho es que como cualquier método proyectivo, amparado en el axioma hermético “Como es arriba, es abajo. Como es adentro es afuera”, lo que propone es un sistema de códigos que permita asignar significados al escrito más allá de su mensaje connotado, o sea, más allá de lo expresado a través del contenido semántico de las palabras;sino un significado psicológico que permita saber más sobre el autor del escrito de lo que se podría “leer” en el texto que escribe.
El significado atribuido a cada género escritural (tamaño, inclinación, etc) surgió primero de la observación de ciertas conductas en ciertos individuos que reproducían ciertos patrones escriturales que se correspondían recíprocamente (conducta con rasgo en la letra). Así se fue armando un sistema de estadísticas que le otorga el mismo carácter de experimental que tienen tanto la Psicología como otras ciencias, a la hora de levantar datos empíricos y cargarlos de un sentido comprobado.
El tamaño de la letra, su grado de inclinación, la disposición del texto en el espacio, por ejemplo, son pautas que podremos decodificar si sabemos su significado simbólico.
La carta escrita por un individuo difiere de la escrita por otro, aunque ambos hayan escrito el mismo texto. Cada uno lo escribirá a su manera, ejerciendo mayor o menor presión con la lapicera, agrupando su escrito en una región de la hoja o en otra, con su propio estilo personal de escritura o reproduciendo el modelo caligráfico aprendido en la escuela primaria. Y esta combinatoria será única de cada escribiente. Así como la interpretación global de su escrito.
* Talleres de Introducción a la grafología- Talleres básicos. Se abordará el estudio de los géneros gráficos. Para personas sin conocimientos previos de grafología. Duración: de junio a septiembre inclusive. Frecuencia: semanal, una vez por semana, dos horas. Alternativa de horarios:jueves de 19 a 21hs. (Comienza 4/6) sábados de 14 a 16 hs. (Comienza el 6/6) Costo: Consultar por mail.
* Taller de práctica de grafología para grafólogos y estudiantes de grafología- Dirigido a aquellos que han tenido poca práctica supervisada y desean incorporar más experiencia. Se analizará un escrito por clase entre todos. Los alumnos pueden traer los escritos que estén analizando. Duración: todo el año. Se puede ingresar en cualquier momento y dejarlo en cualquier momento, de acuerdo a las necesidades de cada uno. No sigue un eje teórico fijo sino que se trabajará con el emergente del grupo (lo que los alumnos traigan), o de lo contrario, con escritos que yo presente. Si algún tema convoca un desarrollo teórico que el grupo desee que se despliegue, se puede contemplar para la clase siguiente y desarrollar, o si no están todos de acuerdo, pactar una clase aparte con los interesados. Frecuencia: una vez por semana dos horas. Horario: viernes de 19,30 a 21.30 hs. Costo: consultar por mail.
* Grupo terapéutico bajo el marco del Análisis Transaccional- Destinado a aquellos que quieran indagarse y repasar su modo de vincularse con los demás. Se abordará un tópico teórico en cada encuentro y luego se hará la puesta en común grupal desde una perspectiva vivencial. Frecuencia: semanal, una vez por semana dos horas Horario: sábados de 11.30 a 13.30 hs. Duración: anual. Se puede incorporar gente durante todo el año. Costo: consultar por mail.
Todos los talleres se impartirán en Floresta/Parque Avellaneda, a media cuadra de Av. Eva Perón al 4300.
Otras actividades:
*Clases individuales de grafología: para nivel inicial, medio, superior, graduados, práctica, supervisiones de grafológicos, preparación de exámenes. Firmas, temperamentos, números, letra de imprenta, orientación vocacional, grafología infantil. Horario a convenir. Costo: consultar por mail.
* Análisis grafológicos: perfiles de personalidad u orientación vocacional. Estudio completo de la personalidad. Toma en una entrevista de 90 minutos y devolución una semana más tarde en entrevista de 90 minutos. Incluye grabación de la entrevista. Costo: consultar por mail.
* Terapia psicológica individual: Terapia orientada al autoconocimiento y a la resolución del conflicto abordadas desde la grafología y eventualmente la astrología para determinar el origen del conflicto y las posibles vías de resolución. sesión de 90 minutos. Aranceles personalizados.
* Consulta grafológica: Sesión de 90 minutos sobre un escrito donde se abordará su análisis focalizado de acuerdo al interés del consultante. Incluye grabación de la entrevista. Costo: consultar por mail.
NOTA: En los cursos y talleres mensuales, el pago es por mes adelantado y si la persona falta a alguna clase, ésta no se repetirá, por respeto a los que estuvieron presentes, ni se puede recuperar gratuitamente. De querer recuperarla, se acordará un horario y el alumno la abonará al costo de clase particular.
Cuántas veces nos sentimos desfallecer cuando notamos su mirada posada en otra mujer? Qué alternativas tenemos? El reproche o recuperarnos como mujeres deseables?
Sofía lo vio mirar a otra mujer. De soslayo. Iba caminando por la calle de la mano de su hombre y pasó una mujer y él la miró. Con cuidado, tratando de disimular, pero Sofía lo notó. Automáticamente siguió la dirección de su mirada para ver bien a quién se dirigía. Pero qué le vio? Si era una mujer de su edad, una mujer como ella. Sin embargo él la miró con esa mirada de interés y deseo que antes era solo para ella. Qué emanaba de esa mujer que atraía su mirada? Sofía se conmocionó. Primero sintió dolor. El dolor de no saberse la única a los ojos de él. Luego el dolor mutó en bronca y no se pudo controlar. Estalló y le recriminó que lo había visto, que se había dado cuenta, que por qué le hacía esto a ella, que había dado su vida por él, por la familia, por la casa, y no se merecía ese desprecio…
Analicemos:
Volvamos a vernos jóvenes, atrayentes. Su mirada convergía en nosotras. Éramos la dueña de sus sonrisas, las destinatarias privilegiadas de sus suspiros. Y luego, qué pasó? Toda una vida de transformaciones. Los hijos, los quehaceres domésticos, las camisas que planchar y las rutinas diarias fueron opacando la seducción. La relación se fue tornando más mecánica y previsible. Los diálogos se acortaban. Ya no había tiempo para arreglarnos. Los chicos demandaban todo el tiempo. Poco nos quedaba para nosotras.
Nos parábamos frente al espejo y queríamos huir. Sólo íbamos mirándonos por partes para no vernos toda entera y asustarnos. La cara, para pasarnos la crema a la noche, también mecánicamente; la cabeza, para cepillarnos el pelo. Una mirada rápida de cuerpo entero para ver si no nos había quedado algún manchón en la ropa de la comida de los chicos, antes de salir. Tratábamos de no prestarle atención al rollito que empezaba a dificultarnos a la hora de ponernos el pantalón que ya nos iba quedando chico. Nos poníamos una blusa amplia para ocultarlo. Un peinado rápido, nada de peluquería. Y él? También se había avejentado. Pero todo seguía su inercia hasta que lo descubrimos mirando a esa mujer y nos cayó toda la información junta sin que la pudiéramos procesar. El tiempo!!! El tiempo que había pasado desde la última vez que nos sentimos deseadas, las arrugas que se habían instalado en nuestro rostro… Sigo?
Mi querida lectora: antes de que me grites un insulto. Detente!!!
Si pudimos reflexionar juntas hasta acá, veamos qué alternativas tenemos. Quedarnos en la queja hasta que sea muy tarde y nada pueda hacerse? Es cómodo. Nos victimizamos y ponemos toda la responsabilidad afuera. En él, en los años, en la derrota del tiempo, intentando retenerlo con la maniobra de hacerlo sentir culpable, como hizo Sofía con su reproche. Pero qué clase de vínculo conformaremos con él de ese modo? Tendremos solamente un hombre acabado a nuestro lado que se queda con nosotras por obligación y falsa gratitud.
O tomamos cartas en el asunto e intentamos volver a seducirlo? Cómo?
Seduciéndote a ti misma. Siendo un poco egoísta y buscando espacios propios que te hagan sentir plena nuevamente. Haciendo algo para ti, que te enriquecerá por dentro, y eso se notará por fuera. Podrás, al recibirlo, hablarle de otras cosas que no sean las rutinas domésticas, y se reinstalará el diálogo. Puedes tomar un curso de algo postergado, hacer gimnasia, reunirte con amigas. Y, si tienes que salir, obviamente empezarás a ocuparte un poco más de tu imagen (qué negarlo, nos vestimos y nos arreglamos muchas veces para mostrarnos frente a otras mujeres amigas, no es así?). Y esa sana competencia con nuestras pares hará que empieces a tomar conciencia de cómo verte bien y de estar mejor contigo misma.
No podrás volver atrás, desde ya, pero podrás redescubrirte y valorarte en tu madurez. Encontrarte con nuevos modos de seducción. No hace falta que lo hagas sola. No pienses que solamente a ti te pasa. Todas pasamos por esto y no está mal buscar ayuda. Alguien que comparta tus códigos, que entienda tus problemas, con quien hablar de tus inseguridades. Es el momento adecuado para empezar una terapia en donde encuentres un espacio en el quepuedas dialogar para recuperarte como mujer. Para redescubrirte, y también para reinventarte en esta nueva etapa, sin tantos pudores y sin inhibiciones tontas. Alguien que te ayude a vencer tus inseguridades. A encontrarte con ese ser especial y único que vive escondido en tu interior.
De a poco, paulatinamente, sin demandarle nada, lo verás más interesado en ti. De nuevo. Pero sin reproches.
Podrás también recuperar tus espacios de intimidad con él. Cómo? Con rituales. Preparando una noche para ustedes solamente, una vez por semana: Podrán salir, ir a tomar algo juntos (sin los chicos, por favor!). Solo ustedes dos. O podrás armar esa noche especial en tu propia casa. Pondrás velas, te comprarás una ropa íntima sensual con la que te sientas a gusto, te maquillarás para él, podrás preparar una cena ligera y sensual, armonizar todo con una buena música, acompañar la velada con algún vino espumante, y simplemente dejarte llevar por lo que sientas. Pero todo de a poco, preparando el espacio, ganándose ese espacio para ambos que luego no deberá perderse. Armándolo juntos, recuperando la sensualidad, redescubriendo sus cuerpos, besándole cada arruga, cada rollito, sin pudores, que en cada pliegue del cuerpo está escrita nuestra propia historia, y esa historia vale; es la traza de nuestro camino recorrido. Dejándolo a él jugar sus fantasías contigo, paulatinamente. Hablando de lo que sienten, de lo que quieren, de lo que desean, de lo que fantasean, para poderlo jugar de a dos en ese espacio privado que podrán ir recuperando o quizás, armando por primera vez, con la madurez que te aportan sabiamente tus años vividos, que te jugarán a favor en esta etapa, y no en contra como venías sintiendo erróneamente.
Eso permitirá que vuelvas a ser la mujer, no solo la esposa, o la madre de sus hijos. Luego, cuando ellos marchen del nido, tendrás a un hombre y no estarás asfixiando a tus hijos para llenar el hueco que te dejaron al partir. Recuperarás tu pareja, tu ser mujer y podrán volver a encontrarse con adicionales nuevos, producto de la madurez y de la nueva etapa, tan rica, que se avecina, juntos.
En febrero daré comienzo a dos nuevos tallereres teórico-prácticos de Grafología. Están destinados a aquellos que, teniendo o no teniendo conocimientos previos de Grafología, quieran abordar su estudio de un modo práctico y vivencial. La teoría solo se impartirá en relación al escrito que se esté analizando y según se vaya generando la necesidad.
Los talleres se darán en Av. Eva Perón al 4300, Floresta, los miércoles de 10 a 12 hs. O los jueves de 18,30 a 20,30.
Lo único que hace falta comprar es una lupa común y una hoja de papel milimetrado.La duración depende de las expectativas de cada uno, pero aproximadamente es de dos cuatrimestres.
Para informes e inscripción: mail: grafosintesis@yahoo.com.ar tel.: 4672-4423 y cel.:153-343-3665 Claudia Gentile Grafóloga Pública
Toda frase o palabra debe ser decodificada. Por ejemplo, en los e-mail o en el chat, cuando una persona intenta hacerse notar, escribe con mayúsculas (en imprenta) y, generalmente, usa el color rojo. Evidencia cierta carga de agresividad. Transportando esos casos a la escritura diaria, en papeles o en anotaciones que aún son comunes, más allá del uso de la computadora, la escritura permite revelar la personalidad o la conducta de un jefe, de un supervisor, de un profesional o de un simple empleado. “La letra de imprenta suele ser como un señor de traje con maletín o una mujer vestida para trabajar en una empresa, una sobreadaptación que busca hacer una persona para cumplir con la demanda del medio, pero que, al usar ese tipo de letras, oculta las emociones”, dice a LA GACETA Claudia Gentile, grafóloga pública y directora de la consultora Grafosíntesis.
Según la especialista, el uso de la letra de imprenta (tomada como una letra de molde o estándar) en mayúsculas suele exteriorizar que el trabajador, detrás de esa forma de escribir, censura algunos aspectos de su personalidad y el temor a trabajar en equipo o a no cumplir con los objetivos del trabajo. Así, por ejemplo, pueden llegar a disimular fantasías, ideales o hasta las mismas sensaciones que le genera a ese trabajador el empleo que le toca desarrollar.Pero, como en todos los órdenes de la vida, hay excepciones.
Por ejemplo, Gentile aclara que una escritura con letras de gran tamaño puede significar una fuerte autovaloración del trabajador o bien la necesidad de transmitir un discurso incuestionable. Por el contrario, dibujar las letras en pequeño tamaño habla de la timidez. “Como decía anteriormente, la letra de imprenta se asemeja a un traje que el empleado o el jefe usa todos los días en la oficina, pero cuando llega a casa se pone el jogging y desnuda toda su personalidad. Puede ser empresario, pero también padre, esposo, hermano o tío, mientras que en el trabajo sólo quiere mostrar un rasgo particular de su personalidad”, expresa Gentile. Esas dualidades quedan reveladas cuando, a través de la grafología, se compara un texto escrito en letras de imprenta con la firma de la persona. La directora de Grafosíntesis indica que, en muchos ámbitos empresariales, suele decirse que la letra de imprenta representa una escritura burocrática desafectiva y formal. Y que, si una persona quisiera exteriorizar sus emociones o sus deseos, utilizaría la letra cursiva.
Los técnicos
¿Quiénes suelen utilizar la letra de imprenta como manera de comunicación diaria? Generalmente, suele observarse que los arquitectos, los ingenieros o los técnicos relacionados con la informática son los más proclives a usarla. “Les brinda cierta impronta de precisión, perfección, exactitud, detallismo o frialdad frente a sus pares y frente al resto de la sociedad”, puntualiza Gentile. Y esto está relacionado por el hecho de que esas personalidades suelen ser más frías y racionales a la hora de encarar un trabajo. Quien escribe con letras de molde suele buscar fortalecer una imagen de perfección (una personalidad analítica), pero corren el riesgo de disminuir su espontaneidad (hacia una personalidad más reflexiva y emocional). La forma de escribir desnuda la personalidad de un trabajador. Gentile plantea si es conveniente mantener una imagen dura o de autoexigencia, o bien, permitirse un espacio para que broten de cada uno de los empleados o jefes los deseos, los proyectos y las emociones que también son necesarias en el mundo laboral.
Hace un tiempo recibí una consulta sobre cómo determinar si el ambiente gráfico de un escrito era positivo o negativo. En otra entrada está mi respuesta y la forma en que lo evalúo.
Mi reflexión de hoy apunta a otro aspecto a tener en cuenta al respecto.
En uno de los talleres hace poco analizamos el escrito de un sanguíneo. Había desde ya rasgos de expansión, prevalencia del arquetipo curvo, gestos inflados, algunas letras adosadas. La escritura era aireada pero aún así se veían letras mal espaciadas unas de otras, muy juntitas. Era un escrito progresivo que avanzaba decidido a la derecha pero el margen izquierdo era estrecho. Vale decir, todos los gestos revelaban confianza, optimismo, expansión afectiva. Yo me pregunté en ese momento producto de qué era ese ambiente gráfico positivo. Había orden, buena disposición, letra clara, firma cercana al texto, predominio de zona media y baja, trazos finales prolongados. Un cierto retraimiento en margen derecho, ya que el escrito era una carta de solicitud de empleo, y evidentemente el hecho de ser juzgado por otro que leerá el escrito y cuya respuesta no se sabe, generaba en el escribiente un cierto temor a ser rechazado. Y esto es lo que aniquila al sanguíneo.
Todo lo expuesto no termina de explicar el sustrato que hacía posible este ambiente gráfico. Solo enunciaba su existencia.
Entonces les pregunté a mis alumnas por qué creían que esta persona se sentía así, qué determinaba que pudiera sentirse tan expansiva y a resguardo dentro del sistema de sus vínculos. La respuesta la armamos entre todas. Era un escrito que mostraba a una persona que amaba y siendo bien querida. Dando y recibiendo amor y confianza.
Ahora, qué pasaría si el entorno de ese escribiente no fuera el adecuado? Podríamos encontrar trazos finales largos o estarían inhibidos? No tendería la letra a achicarse llegando al final de palabra en pleno gesto de retraimiento y de resguardo? La escritura seguiría siendo de mediana a grande? Quizás sí, pero probablemente con más inflados, con un gesto de orgullo que lo situara compensando en una postura más altiva frente al otro a quien reproche su falta de empatía. La espontaneidad del sanguíneo a la hora de expresar su afecto mostraría en vez de gestos suaves de acercamiento al otro, probablemente alguna letra agrandada dentro de la palabra: explosiones de mal humor, barras de “t” largas denunciando mal carácter ante quienes el escribiente no se sienta amado ni comprendido. Gestos defensivos, muchos más ángulos, gestos tanto de expansión como de retraimiento, dualidades entendibles. Quizás cuanto más negativo sea el entorno familiar o laboral de una persona (el entorno vincular), más probabilidades hay de que el escrito denuncie este hecho con un ambiente gráfico negativo.
Después de todo el campo gráfico, la hoja, es proyectiva del medio social en el que el individuo se desenvuelve. Desde ya que la realidad de cada uno es subjetiva, así que podríamos aventurar que si está el sanguíneo rodeado de biliosos, pongamos por caso, no se sienta tan a gusto. En cambio otro bilioso se sentiría bien contenido y satisfecho en un entorno así y lo reflejaría en su escritura. Esto como para poner un ejemplo de que el entorno no puede ser objetivamente evaluado sino a través del tamiz o de la mirada de quien vive en ese entorno, y de cómo lo vivencia.
Por tanto, cuando el escrito denuncia aspectos gráficos que conforman una gestalt positiva sabremos que la persona en ese recorte temporal se siente a gusto con su entorno, que sabe elegir los vínculos más adecuados para su estilo de vida, que puede hacer lo que la satisface, que está cómoda con su vida y sus circunstancias, que puede evaluar con claridad lo que siente y lo que le pasa.
Caso contrario, si el ambiente es negativo, su realidad psíquica y emocional no es la adecuada. Puede que esté denunciando síntomas familiares, puede que esté revelando su propio inconformismo, o su incapacidad para salir de vínculos nocivos, puede que esto ya se haya hecho carne en su psiquismo desde larga data y denuncie un cuadro patológico puede que irreversible, con disociación de una realidad exterior que lo aniquila.
Conclusión
No somos seres aislados. No salimos de un huevo. Estamos atravesados por los vínculos, somos el producto de esos vínculos y no estamos enteramente terminados. Nos vamos conformando artesanalmente a mano, de la mano de otros, y dándole a otros la nuestra. No se puede rotular a alguien por una circunstancia actual vista en el recorte temporal de un escrito. Uno va amoldándose al entorno que va eligiendo tener y eso se proyecta en un escrito.
Alguien en plena etapa conflictiva de un divorcio, por ejemplo, seguramente proyectará caos y dolor. Pero un año más tarde quizás las circunstancias ya se hayan aplacado y cambien, y esa persona en una nueva situación de vida y rodeada de otra gente, exprese en su escrito mayor armonía, que se traduzca en una mejora significativa de su ambiente gráfico, desde ya producto de su satisfacción en su ambiente interno mental y emocional.
Por tanto, a tener cuidado al evaluar con ligereza el ambiente gráfico, que incluso el nuestro puede variar de año a año de acuerdo a lo que nos vaya tocando vivir.
Llegan los exámenes! Supervisiones y clases de apoyo de Grafología
Para todos aquellos que estén siguiendo la carrera oficial de grafología- alumnos del Emerson, del ICEA, etc.
Para los que sigan la carrera no oficial.
En fin, para aquellos con dudas a la hora de preparar sus exámenes, sus parciales, sus grafológicos de práctica.
A todos les ofrezco clases de apoyo para reforzar en forma individual aquellos conceptos que grupalmente no hayan podido entender. O supervisión de grafológicos para entregar.
Ayer recibí por mail la consulta que pego a continuación:
Hola.
Ya sé que usted no se dedica a resolver dudas. Tiene su negocio. Estudié grafología hace años y aunque no me dedico profesionalmente a esto, sigo interesado en el tema. Si fuera tan amable de responderme a esta pregunta... ya que nadie ha sabido sacarme de la duda, y la verdad, no sé como proceden los demás grafólogos.
Ahi va:
En teoría, cuando se analiza un escrito hay que ver el nivel positivo o negativo del "ambiente". Pongamos un 60% positivo y 40 negativo. Es igual, en realidad. Si el ambiente es positivo, de donde sacamos los defectos?. O al contrario. ¿Dónde buscamos las cosas buenas, cuando el ambiente en negativo?. En las interpretaciones de la escritura nos dan 3 opciones: general, positivo, negativo. Si fuera ambiente positivo, solo nos saldrían cosas positivas acerca de ella, lo cual no es realista, pues todos tenemos defectos. ¿Cómo proceder entonces?. ¿Cómo saber cuándo tenemos que escoger entre el lado bueno o malo de la escritura.
Esa es mi duda.
Gracias.
Aquí mi respuesta:
Hola, muy interesante su pregunta y creo tener una opinión formada al respecto: El tratado de hermetismo El Kybalión enuncia entre sus axiomas: "Todo es relativo, toda verdad es una verdad a media. Los extremos de las paradojas se concilian". Qué quiero decir con ésto? Que por más positivo que sea el ambiente gráfico, siempre debería observarse de soslayo la contracara de esa "virtud", para tener presente que en un momento "desafortunado" el individuo en cuestión podría dejar de ser funcional al respecto y mostrar la contracara disfuncional de esa característica.
Pongamos por caso una letra pequeña, apretada, con buen aprovechamiento del espacio. Sabemos que si la letra es clara, legible, está bien distribuído el texto en la página, etc, etc, nos dará un ambiente positivo y lo interpretaremos como "buen aprovechamiento del tiempo y del dinero", verdad? Pues preguntémosle a la esposa del escribiente si en momentos en los que ella decide hacer un gasto que excede la estrechez de miras de su marido, éste no se torna ante su mirada en un avaro (interpretación negativa) y se ensaña con ella diciéndole que ese gasto no responde a la satisfacción de lo que él considera una necesidad básica. En este caso este rasgo podría ser funcional a la hora de evaluarlo para un empleo de administrador, por ejemplo, pero el otro lado de la moneda puede aparecer siempre.
Pongamos otro ejemplo: Ambiente gráfico positivo con 60% de óvalos abiertos a la derecha, letra dextrógira, margen derecho pequeño, irregular, temperamento nervioso. O sea, tenemos gestos de impulsividad, primariedad, y sobre todo de buena comunicación, abierta y franca, con los demás del ámbito social. Supongamos (escuché el caso, por eso lo pongo aquí), que la persona en cuestión sea una doctora que efectúa ecografías a embarazadas. La dama en cuestión le dice a su paciente primeriza "Nena, ojalá que esté todo bien, porque hoy ya encontré un bebé muerto en la panza de una chica y ya de complicaciones por hoy, basta". Cómo juega acá la sinceridad? Cómo no temer con una persona tan abierta y franca que estos aspectos negativos de su franqueza terminen hiriendo y lastimando a alguien en su afán de comunicar con apertura y sinceridad lo que siente y piensa? Por eso yo siempre evalúo las dos caras. Y consigno: en situaciones favorables la persona puede responder de esta y esta otra manera, pero en momentos de estress, de desestabilidad puede que suceda que se agudice el aspecto y salga la vertiente negativa. Sobre todo cuando se trata de un escrito en donde no se ve claramente que predomine lo positivo en un 100%. Bueno, espero le haya servido.
Aceptarnos tal como somos, intentando ir modificando amorosamente, con respeto por nuestros tiempos, aquellos aspectos que nos causan dolor, para sentirnos más plenos, es empezar a aprendernos a amar. Y cuando uno aprende a amarse, es más fácil descubrirnos amando a los demás del mismo modo.
Vida o muerte. Un debate diario. Una elección cotidiana. En cada decisión, se juega la partida y se apuesta. Lo que nos mantiene cohesionados se supone que nos ata a la vida: los proyectos, la familia, los amigos. Pero a veces también a la autodestrucción, ya que con la misma tenacidad, en ocasiones, nos aferramos a síntomas, a hábitos o a vínculos nocivos. O sea que también la cohesión nos ata a veces a la autodestrucción, no a la vida.
No es entonces en la cohesión donde se ve la tendencia a la vida. Cuando apegarnos a vínculos patológicos nos da sentido de identidad y de pertenencia, pero nos va minando lo más auténtico que tenemos, que es nuestra legítima esencia que pugna por ser, por expresarse, por ser reconocida, por tener un lugar para expandirse.
¿Pero qué es esa, nuestra esencia, sin un otro que la confirme?
No basta sólo con ser uno mismo si no hay un ser en la mirada del otro. Vale decir, si no contamos entre aquellos que nos rodean, con el reconocimiento de nuestra auténtica identidad, sin necesidad de sobreadaptarnos para encajar todo el tiempo, sumisos al deseo de los demás.
Somos engranajes, partes de un Todo mayor: nuestra familia, nuestro círculo de amigos, nuestro círculo social, etc. Y así como enfermamos cuando alguna de las partes que integran nuestros sistemas fisiológicos se desarmoniza, también enfermamos cuando nosotros, como individualidades, no logramos integrarnos armoniosamente a alguno de los sistemas a los que pertenecemos, cuando algún otro muy significativo nos desacredita, nos niega nuestra propia identidad o nuestros deseos, o nos excluye.
Y entonces, qué hacer?
Son varias las alternativas posibles que a veces, a tientas, implementamos. Lo más fácil: depositar la culpa en otro. Victimizarnos pasivamente desde la queja. En un falso giro, tratamos entonces de cambiar al otro. Inútilmente. A veces lo logramos y generamos a un otro sobreadaptado y sumiso a nuestra voluntad. Y no nos sirve, ya que a la larga deberíamos modificar a todo un entorno. Entonces bajamos los brazos, nos sobreadaptamos nosotros, amoldándonos a lo que se espera que hagamos. Tampoco sirve; si cedemos demasiado nos terminaremos ahogando en la soledad de la autoinsatisfacción.
Pero el costo de mostrarnos con autenticidad también suele generar rechazos que nos vuelven a sumir en la soledad. Y entonces podemos resignarnos a perder la pertenencia a los círculos que nos dieron cabida pero que fueron nocivos para nuestro crecimiento, a favor de nuestra propia individuación. Y tratamos de integrarnos a otras redes donde se genere pertenencia pero desde el reconocimiento recíproco, no la mera pertenencia por apellido, por sangre. Esas redes a veces son entramados poco consistentes que pueden diluirse con el tiempo: redes de amigos que se pierden, de grupos que se acaban.
A veces generamos entramados resistentes que soportan los envistes del tiempo, y hay amigos que permanecen, vínculos elegidos que subsisten, parejas que permanecen a pesar de los cambios que se van generando en virtud al crecimiento de ambos. Siempre y cuando no se dé la paradoja de creer armar con un otro un espacio propio hecho a la medida de la propia elección, en donde no terminemos descubriendo con el tiempo que hemos repetido las mismas pautas inconscientes, los mismos modelos de relación no satisfactorios, aprendidos, grabados a fuego en nuestra infancia, que creíamos haber dejado atrás. De ser así, caeríamos nuevamente en el vacío de la soledad. Nos daríamos cuenta de que en todo el trayecto recorrido bajo la aparente luz del autoconocimiento, fue muy poco lo que logramos aprender de nosotros mismos y modificar con profundidad.
Y en estas idas y vueltas sigue nuestra batalla entre la vida y la muerte. Entre seguir adelante buscando, bajo la luz de la esperanza, nuevas formas más placenteras y menos dolorosas de andar el camino. O caer, eventualmente, en la repetición de modelos nocivos que nos atan a hábitos que nos conducen al dolor y a la frustración, hasta el momento de luz en que podamos elaborarlos y trascenderlos, aprendiendo a no repetir la pauta, a auto-observarnos con amor y tolerancia, para ayudarnos a nosotros mismos, y no desde la autocrítica, a avanzar en la senda de nuestra individuación.
En estas pequeñas batallas privadas y cotidianas, descubro que la clave está,nada más y nada menos, en que no hemos aprendido a amar. Menos aún a amarnos. En este interjuegode exigencias recíprocas a los otros y de los otros, nos ha quedado, tal vez, el aprendizaje del deber hacer o del deber ser en vez del de amar y aceptar.
A-mor, que significa sin muerte. Amar, que no es querer, porque al querer, necesitamos, poseemos egoístamente, por nuestra propia inseguridad, sin pensar en lo que el otro verdaderamente siente o necesita, y sin pensar en lo que verdaderamente necesitamos, para tratar entonces de lograrlo y al hacerlo, soltarlas amarras de la dependencia infantil, y madurar como adultos.
Muchas son las cosas que aprendimos en la infancia: a depender, a necesitar, a satisfacer, y quizás así establecimos luego nuestras demandas hacia los demás. Pero la enseñanza básica, la única enseñanza válida: aprender a amar. ¿cuánto tiempo le hemos dedicado a aprenderla? ¿Cuánto esfuerzo? O, más aún, ¿Nos hemos planteado alguna vez la necesidad de aprender a amar?