Cuántas veces tras una experiencia
amorosa insatisfactoria o dolorosa, nuestro corazón se cierra para preservarnos
de otra, o quizá si hay algún antecedente previo también infructuoso, nuestra
mente aplica el razonamiento inductivo y termina generalizando un juicio que
sería más o menos así: “TODAS las veces que una se enamora, le va mal”. Y de
ahí a la profecía autocumplida sólo resta un paso: seguir sosteniendo la
creencia. De ese modo, ese fantasma del pasado se proyectará inexorablemente
hacia el futuro y si partimos con miedo, es probable que provoquemos aquello
que queremos evitar en vez de prevenirlo.
Y qué
desolada se ve la vida sin ese permiso de amar, de entregarse a dar y a
recibir! Quizá la clave radique en esa vieja discusión que tenemos con mi
hermana. Ella sostiene que el amor debe ser incondicional y yo, en tanto, lo
planteo de un modo paradojal. Para mí debe ser incondicional en la medida en
que para el otro también lo sea.
Me permito
replantearme este axioma (bendita
posibilidad la humana de crecer, de dialogar y de ir modificando enfoques), y
agrego, con más años de experiencia, que la incondicionalidad del amar no
depende del que recibe esa dación que entrego. Yo la doy, si mi receptor no la
toma, ya está dada. No me retraigo, cambio de objeto en todo caso, pero no dejo
de amar.
Pero en
este devenir de serpiente que transito, la clave en mi vida, como siempre digo
es: ensayo, error, error, error, ensayo, acierto (siendo bastante reduccionista, por
cierto!).
Esta reflexión surge de los dos poemas
que pego a continuación, producto de dos etapas sucesivas, a las que abordé
para su análisis desde una perspectiva astrológico-esotérica. Las analicé como
la integración de los 4 elementos, claves de mi carta natal. Cuatro elementos: dos masculinos y dos femeninos, resumen de
esta labor de integración de lo femenino y lo masculino que comencé a
investigar y a promover en mi programa de radio hace dos años. Lo dual que se va integrando: lo estoico y lo hedonista, lo blando y lo duro, lo activo y lo pasivo. Lo femenino y lo masculino. La integración
de los opuestos, la síntesis de ambos en cada uno, y luego hacia afuera al vincularnos con los
demás.
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-Primer Poema
Hielo y
tierra
(Sol, Venus,
Saturno y Kirón en PISCIS) y
(Luna, Plutón, Marte, Urano en VIRGO)
Repre/mor
(represión y temor)
Temí perder
en el ardor,
en la
pasión, la vida.
Por eso me
inventé
circunspecta
y convenida.
Temí al
amar
enfrentarme
a la locura,
por eso me
vestí
con ropajes
de cordura.
Me
preguntas
-por qué
callas?
Y al
callar, te respondo:
-callan
sólo mis labios:
me escondo.
Percal de
acero es mi vestido,
firme cincel
talló mi abrigo,
mano precisa
moldeó mis plegues,
quitarlos,
tú? Si puedes…
Claudia Gentile - 1996
-Segundo
poema
Viento y
Fuego
(nodo norte en géminis, Ascendente en Leo)
Apertura
Percal y seda:
y de eso,
Qué queda?
Fuego y
estopa,
viene el
diablo y sopla.
Fuego y
acero
y así me
quedo.
Sexo y
sudor;
adiós pudor.
Vida vivida
con garantías
de seguridades
y estabilidades.
Sin cuerda
floja,
sin utopía,
ni fantasía
de probabilidades.
Viento que
arrasa
dejando atrás
miedos,
vencidos,
Dde inestabilidad.
Sol que se
asoma
alumbrando mi
adultez.
Qué
esperás? Qué te retiene?
VIVI DE UNA
VEZ!!
Si la vida
es muerte,
y la muerte
renacer,
que renazca
en mi cuerpo
esta nueva
mujer.
Que el
deber te guíe,
así ha de
ser,
pero no
dejes nunca
por ello el
placer.
Que es maravilloso
Sentir en
la piel
La vida en
los pliegues
De la
madurez.
Claudia Gentile - 2011
Lic. Claudia Gentile
Psicóloga clínica con orientación junguiana- Grafóloga pública - Astróloga
Terapias
psicológicas tendientes a la individuación - Temas de género- Terapia
de parejas - Talleres de autoconocimiento sobre la conformación de la
femineidad - Grupos de reflexión - Grafoterapia.
mail: grafosintesis@yahoo.com.ar
tel.: 4672-4423 y cel.: 153-343-3665
Skype: usuario: grafosintesis.
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