Hace poco recibí por mail este cuentito:
IBA LA PESTE camino a Bagdad cuando se encontró con Nasrudin. Él le preguntó: “A dónde vas?”
La peste le contestó: "A Bagdad, a matar a diez mil personas". Después de un tiempo, la peste volvió a encontrarse con Nasrudín, muy enojado, le dijo:
"ME MENTISTE. Dijiste que matarías a diez mil personas y mataste a cien mil". Y la peste respondió: "Yo no mentí, maté diez mil, el resto ... se murió de miedo".
El miedo paraliza, nos afecta y reduce nuestros mecanismos de defensa naturales.
Y me quedé pensando en cuánta razón tiene.
Evaluemos: prendemos la tele, escuchamos todas las precauciones que hay que tomar: que el alcohol, que el barbijo, que no salir, que todo va cerrando de a poco; en definitiva, que hay pánico o lo van sembrando a nivel social.
Qué pasa? Obviamente nuestro margen derecho se va a agrandar, producto de la retracción del ámbito social a la que estamos obligados o instados. Si nos retraemos por miedo, las letras se van a juntar entre sí, ya que quedaremos pegados a nuestros más cercanos; o quizás no, quizás tengamos algún enfermo de gripe común incluso en la propia casa, y debamos extremar precauciones dentro del ámbito doméstico también. Se acabaron los besos, meternos o que se metan en nuestras camas para mirar tele juntos, desde ya nada de compartir vasos. O sea que puede que las letras dentro de la misma palabra se empiecen a cisurar, a aislar. El miedo se irá haciendo carne: se achicará la letra como signo de falta de confianza.
Pues si volvemos a leer el cuentito, creo que ahí está una de las claves: levantar las defensas. Si estamos tristes, deprimidos, temerosos, es factible que bajemos las defensas y que sea más probable que nos contagiemos de algo que ande dando vueltas. Pero si tratamos de levantar nuestras defensas físicas (por ejemplo reforzando nuestro sistema inmunológico a través de la ingesta adicional de vitaminas), así como nuestras defensas psíquicas, estando de buen humor, eligiendo comedias en vez de estar sobreexpuestos a noticieros que rumian todo el día informaciones alarmantes, creo que la cosa cambia. No estoy hablando de negar la realidad, solo de aceptarla en su justa medida, sin entrar en pánico.
Recuerden la historia: hay personas vulnerables a las que quizás el organismo no les responda con fortaleza y sucumban, pero los otros 90.000 murieron de pánico porque el miedo los volvió vulnerables, no su propia condición física. La vulnerabilidad en ese caso fue psicológica.
No permitamos que el miedo nos haga aislarnos obsesivamente, ni nos ponga tristes, ni nos desanimen las noticias. Solamente seamos prudentes en cuanto a las medidas de protección a tomar, pero fundamentalmente, subamos nuestras defensas físicas con mucha vitamina C y psíquicas con mucho amor y buen humor!
Si después de todo somos ARGENTINOS, por ende, RESILIENTES! Hemos desarrollado una especie de resistencia que nos permite atravesar las crisis más insólitas sin sucumbir, sino saliendo fortalecidos. Creo que ya pasamos por tantas crisis insólitas que estamos más curtidos que cualquier ciudadano del primer mundo!
Por favor, tómense 6 minutos para ver este video:
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